Empatía y Egocentrismo

Por Lic. Connie Mandel

 

Trabajo mucho la empatía en los talleres sobre Liderazgo Emocional. Parece cosa sencilla, pero es todo un arte lograr el nivel de empatía adecuado.

Venía pensando en estos días que el nivel de empatía que una persona suele tener es inversamente proporcional a su nivel de egocentrismo. Cuanto más autocentrada es una persona, más le cuesta realmente conectar con los sentimientos de otros. Cuánto más me siento el centro del mundo, más tiendo a asumir que sé lo que le pasa al otro, pero no realidad no.

Hace poco leí una frase que me gustó al respecto: “el peor problema de comunicación es que no escuchamos para entender, sino para responder”. Creo que la verdadera empatía tiene mucho que ver con esto. ¿Realmente me interesa saber lo qué le pasa al otro? Estoy poniendo foco realmente en entender o rápidamente desde mi cosmovisión pretendo imponer al otro mi perspectiva?

Por otro lado, cuando somos en exceso empáticos, corremos el riesgo de perdernos en el otro. Los límites de nuestros propios deseos y necesidades se borran, quedamos desdibujados. Dar siempre prioridad al otro, a los deseos del otro, a lo que otro necesita.

Resignar en función del otro de forma sistemática nos lleva a desconocernos, a perdernos, a olvidarnos de nuestras prioridades.

Como casi todo en la vida, parece que lo ideal está en el medio.

Obviamente, primero está la tendencia personal de cada uno- que está bueno detectarla, conocerla- es decir, ¿tiendo a mirarme más el ombligo o con mucha facilidad tiendo a acomodarme al otro? Igualmente, las personas pasamos por diferentes momentos y estados y nos relacionamos de distinto modo con diferentes tipos de personalidades. Hay momentos de mayor egocentrismo, hay personas que nos despiertan especial empatía, etc.

Definitivamente, está bueno revisar esto en nosotros, el punto justo de empatía hace toda la diferencia a la hora de tener vínculos sanos.

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