¿Víctima o Líder?

¿Víctima o Líder, qué posición suelo elegir para enfrentar los problemas?

  • Me hago cargo, asumo la realidad, busco un modo de solucionarla y trabajo para ello.
  • Me quejo, le echo la culpa a otros, critico y otra vez me quejo, se agrava el problema y me quejo y de a poco me voy sintiendo cada vez más desdichada/o.

Aunque parezca mentira, hay algo pegajoso, tentador, en el MODO VíCTIMA. Quejarse, es descargar energía, es descargar frustración, entonces en ese proceso de quejarme y culpar a otros y criticar a otros, encuentro un lugar de catársis y salgo de esa instancia de descarga con cierta sensación de alivio y placer. Es además, ciertamente más fácil, desentenderme de la solución.

En cambio, elegir ser líder, implica “ponerle el pecho a las balas”, callar por momentos, soportar, tener paciencia, frustrarme. Recién en el mediano, a veces largo plazo, le encuentro la gracia al asunto, cuando de a poco, comienzo a ver la luz al final del túnel. Elegir ser el protagonista de la solución al problema no es glamoroso.

Sin embargo, sentir que yo no puedo tomar decisiones sobre mi propia vida y que mi dicha o desdicha depende puramente del contexto o de otros es muy triste.

Si no me siento a gusto con alguna parte de mi vida, seguro hay algo que puedo empezar a hacer para cambiarlo, seguro a hay un punto donde puedo empezar a trabajar conmigo para cambiar el curso de mis acontecimientos.

Tal vez, el primer paso, sea, dejar de quejarme y culpar a otros. Renunciar al placer y la comodidad de ser víctima, y definir un punto de partida para asumir el protagonismo de mi propia vida.

 

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